El movimiento artístico para la conciencia ambiental, surgido en la década de 1960 como respuesta a la creciente degradación ecológica, utiliza la naturaleza como medio y mensaje para desafiar la percepción humana sobre el entorno. A través de instalaciones site-specific, esculturas efímeras y performances, artistas como Robert Smithson (Spiral Jetty, 1970) y Andy Goldsworthy (obras con hielo, hojas y piedras) transforman materiales naturales—desde troncos hasta desechos reciclados—en intervenciones que exponen crisis como la contaminación plástica, la deforestación y el cambio climático